Cada año, recordamos la fiesta del día del maestro. Sor Sagrario, junto con sus niños, fueron feliciando a cada educador, también nos leyeron la poesía de Celaya donde se habla de que educar es poner un motor en una barca, así nos invitaba a seguir navegando en la tarea educativa con ilusión.
Por la tarde, el claustro de profesores, lo celebramos en la capilla, dando gracias al Señor por habernos llamado a esta hermosa misión. Lo hicimos en el marco del adviento, encendiendo cada uno nuestra lámpara con el compromiso de ser mensajeros de alegría, en la espera del nacimiento del Salvador.
¡ FELICIDADES COMPAÑEROS POR VUESTRA ENTREGA !
GRACIAS, por seguir haciendo vida el carisma del Padre Zegrí
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