¡VEN, ADVIENTO!
Ven, adviento, y dispón nuestros corazones
para que, cuando llegue el Señor, se encuentren en su mejor momento
Ven, adviento; que no dejemos de soñar
de anhelar otro mundo y buenas nuevas
que impregnen nuestros días de luz y de sosiego
y nuestros caminos de paz y de esperanza
Ven, adviento; sal al encuentro del que busca
Infunde emoción en aquellos que han perdido sentimientos
Valor en los que, por las luchas, el coraje se encuentra atenazado
Ilusión, cuando en la pantalla de nuestros ojos,
aparecen lágrimas y sufrimientos
Ven, adviento, pregón que nos anuncia un mañana feliz
Ven, adviento, presagio de un mañana venturoso
Ven, adviento, invitación a levantar los cuerpos que desean ser liberados
Abre, hoy más que nunca, las almas de los abatidos
Abre, hoy más que nunca, los ojos de los que buscan un más allá
Abre, hoy más que nunca, a los que esperan a un Señor que ama
Ábrenos , hoy más que nunca, al encuentro de Aquel que viene:
Sin más poder, que el amor
Sin más cortejo, que la humildad
Sin más pretensión, que el derrochar amor
Sin más riqueza, que la voluntad de Dios
Sin más fuerza, que la debilidad de un Niño Divino
Tiempo de Adviento
Camino por el que Dios se acerca a la humanidad
Sendero por el que, los hombres, se acercan hasta el Amor Encarnado
Horas de ensueño y de promesas, de reflexión y de gracia
de hacerse pequeños para que, en el corazón, habite el Grande
Tiempo de Adviento, donde la alegría asoma y se cuela
por las ventanas de las casas de todo creyente.
Javier Leoz
domingo, 28 de noviembre de 2010
YA ESTAMOS EN ADVIENTO
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